Cómo ser gay en 10 sencillos pasos - The Guardian




La comunidad gay podría servirse de algún tipo de experiencia compartida que nos una, bueno, además de ser gay

El otro día, cuando envíe un twitt indicando mi disgusto por el último single de Kylie Minogue (un sacrilegio en algunos círculos), uno de mis seguidores respondió con una de las expresiones que menos me gustan: "Te vamos a retirar el carné de gay". No sólo es una réplica trillada (por culpa de Ellen DeGeneres, hemos estado bromeando acerca de ganar tostadoras desde hace casi 15 años), pero mantiene la idea de que a uno le deben gustar ciertas cosas para ser gay.

No hay tal cosa como un monolito gay. Hay tantas maneras de ser gay como colores en el arco iris (yo también puedo soltar tópicos). La gente que te retira el carné gay es como decir a la gente que no tienen permiso para ser gay por no haber visto el número requerido de episodios de Glee.

Pero por otro lado, tal vez la comunidad gay sí que necesita algún tipo de experiencia compartida que nos una, además de la experiencia de enamorarse de un miembro del mismo sexo. Los hombres y mujeres gay no comparten un lugar de origen, color de piel, clase socioeconómica, religión o cualquier otra cosa que pueda tipificar su experiencia.

En su nuevo libro, "Cómo ser Gay", el catedrático David M Halperin dice: "la homosexualidad no es un estado o condición, es un modo de percepción, una actitud, una ética... resumiendo, es una práctica" Como señala la reseña del New York Times sobre este libro, lo que une a los gays es la cultura.

Así que en esta era de masificación, donde los hombres gay salen del armario no para atender a fiestas de reinonas maliciosas o del elenco de Boys in the Band, sino para ser bienvenidos por los miembros de una sociedad formada tanto por heteros y gays, ¿cómo podemos formar nuestra propia cultura? Si hay un millón de maneras de ser gay, ¿podemos estar de acuerdo en algunas pocas experiencias clave que todo hombre gay debería experimentar para permanecer unidos?

Aquí están mis sugerencias:

1. Admira a una diva

Todo el mundo necesita una Kylie, incluso si piensas que Time Bomb es una canción cutre. Tener un icono femenino fuerte es de alguna manera fundamental para la identidad gay (respecto a este tema, consulta el libro de Halperin) y se remonta a los días más oscuros de la identidad gay cuando estas atormentadas mujeres eran lo más parecido que se podía encontrar a una representación de la vida gay. La diva elegida no tiene por qué ser de entre las señoritas sin apellido del mundo de la musica (Madonna, Cher, Judy, Liza, Barbra, Mariah, Gaga, y ambas Bette), puede ser cualquiera desde Joni Mitchell a Courtney Love , desde Diana Vreeland a Patsy Stone, de Hilary Clinton a Michelle Obama. Sólo tienes que elegir una, y nunca, nunca, nunca la abandones.

2. Vístete de mujer

Incluso si es sólo una vez para Halloween, pasea por el mundo llevando la ropa del sexo opuesto. Desatará una personalidad que ni siquiera sabías tener y te reconciliará con tu feminidad.  Muchos gays temen que se detecte el mínimo gesto de marica. Nos han inculcado "nada de feminidad". Pero si dejas que una noche el aspecto femenino esté en control, nunca volverás a temerlo. Y te hará sentirte más cerca de los revolucionarios que comenzaron los disturbios de Stonewall.

3. Liga en la calle

Todo el mundo solía saber con solo una mirada sobre el hombro si estabas interesado en ese desconocido sexy en la acera. Había un complejo código de miradas y señales que los hombres solían usar para atraerse mutuamente, algo que hizo que los gay fueran más perceptivos respecto al lenguaje corporal que nuestros homólogos heterosexuales. Aprende a hacerlo. No sólo mejorará tu experiencia pero tu tu forma de interactuar con todo el mundo. Ligar en la casi a muerto - no, no se puede hacer en Grindr,  pero una visita a una sauna te enseñará todo lo que necesitas saber.

4. Aprende qué es poppers

Aunque tan solo para entender los chistes sobre Rush y Jungle Juice, aprende qué es poppers. No tienes que usarlos, pero es un secreto que hemos mantenido en la comunidad gay durante décadas por lo que tenemos que seguir con la tradición. Es nuestra versión de la receta secreta del Coronel Sanders.

5. Protesta

Sal a la calle con una pancarta y un poco de indignacion y lucha por tus derechos. Incluso antes de Stonewall tenemos una larga historia de lucha contra el hombre, y no debe morir. Puedes recoger firmas a favor de la igualdad de matrimonio o puedes unirte a las protestas contra la desigualdad social, pero nunca dejes de luchar. Y si las demostraciones públicas de inconformidad no son lo tuyo, hay muchas causas que necesitan fondos, algo que se puede organizar fácilmente durante el brunch (un arte gay que por algún motivo no está lista).

6. Ve a una fiesta del Orgullo


Estar de pie durante un Junio caliente puede ser un coñazo pero todo el mundo debería experimentar el aliento y la profundidad de la comunidad por lo menos una vez. Observa a las personas fuera de tu círculo social, los turistas lejanos, y todas aquellas personas con las que no te relacionarías en un millón de años gay. ¿Y dónde más vas a poder ver a Dykes on Bikes todos modos?

7. Desarrolla el radar gay

Este sentido de ser capaz de encontrar otros homosexuales en el área dada no es innato, como el sentido de la orientación. No, debe ser adquirido a través de años de duro trabajo y averiguar qué pistas delatan a los gays. (Incluso en este caso no es infalible si hay turistas europeos alrededor). Pero es esencial. No sólo te ayudará  a determinar cuando estás protegido entre tu gente, también te ayudará a saber con qué dependiente puedes flirtear para obtener un descuento y a qué azafato debes guiñar el ojo para que te regale una botellita de vodka.

8. Acepta el estilo camp

Es todo desde Showgirls y Mommie Dearest a John Waters y tu tía Nancy a la que le encanta aparecer en eventos familiares con pintalabios en sus dientes y realizar imitaciones. Sí, antes de los "hipsters" eligieran irónicamente cosas que eran horribles, los hombres gay inventaron la moda camp y ha impregnado nuestra estética. En algunos aspectos, se trata de amar a un extraño y querer abrazarle a pesar de despreciar las cosas que lo hacen fascinante. Al igual que la definición del Supremos sobre la pornografía, es difícil de definir el estilo camp, pero todos lo reconocemos cuando lo vemos. Y si no lo conoces, no eres más que un objetivo fácil para todos los conocedores del camp.

9. Visita el mosaico conmemorativo sobre el SIDA

El SIDA casi acabó con toda una generación de hombres gay. Muchos hombres gays maduros lo conocen intelectualmente, pero desconocen el coste emocional de perder a sus amigo de forma lenta pero certera a una enfermedad, o verse obligados a convivir con el diagnóstico de una sentencia de muerte. ahora sabemos que esto intelectualmente, pero no tienen ni idea sobre el costo emocional de perder a todos sus amigos poco a poco a una enfermedad o que se ven obligados a vivir con el diagnóstico como una sentencia de muerte. El mosaico es ahora un homenaje dedicado a todos los que han muerto por la enfermedad, y no sólo los hombres homosexuales,  pero es lo más parecido que tenemos a un museo y la mejor manera de documentar todas las vidas que han pasado. Se lo debemos a ellos, no debemos olvidar.

10.  Sal del armario

En nuestra era alianzas entre gays y heteros en las escuelas y las personalidades que viven perpetuamente en un armario transparente sin anunciarlo nunca, parece que salir del armario ha pasado ed moda. "¿Por qué tenemos que salir los gays del armario si los heteros no lo hacen?" Aunque en alguna gaytopia futurista eso podría ser normal, hasta entonces es probablemente la única experiencia común que todos los gays tienen.
Todos tenemos una historia sobre cómo salimos del armario, ya sea tu madre diciendo que ya lo sabía, tu padre que dejó de hablarte o tu jefe a quien no le importó y te dijo que volvieras a tu mesa. No importa que más puedas tener en común con otros gays, siempre puedes volver a este asunto. Es como hablar sobre el tiempo, pero mucho más interesante y a menudo con más lágrimas.

Brian Moylan
Jeff Nielson